La pequeña estrella

Extrañamente una nueva estrella nació en el espacio. Disfrutaba sus días en cada destello y daba alegría en el mundo cuando alzaban sus ojos para verla.

Esta jóven estrella, que brillaba en el cielo, iluminando el obscuro espacio, había sido creada para eso: para brillar.

Al pasar de los días, pensamientos extraños cruzaban por su mente, a veces las jóvenes estrellas son así. Ella les prestaba atención… y los días pasaban.

Con el transcurso del tiempo sus compañeros del espacio, astros, galaxias, planetas y otras estrellas de su clase, comenzaron a percatarse de que algo extraño le pasaba a esta estrella, ¡claro! ellos llevaban millones de años existiendo y viendo cómo se comportaban las estrellas y muchas veces la historia se repetía. Pedían para sus adentros que esta estrella fuera la excepción.

Otra pequeña estrella, llamada Canis Majoris, realmente se preocupó por la pequeña, ya que veía sus múltiples esfuerzos por destacar, ¡se esforzaba tanto por brillar! Que ya no parecía algo natural. Tristemente entre más intentos hacía, aceleraba el proceso de comenzar a descomponerse.

Canis se armó de valor y le dijo:
“Las estrellas estamos diseñadas para iluminar y alegrar el cielo durante la noche. Cuando parece que todo está obscuro nosotras compartimos luz. Si miras cuidadosamente te darás cuenta de que cada estrella puede dar un brillo único y especial, todas tenemos diferente tamaño, algunas parece que tienen una luz más intensa, algunas, cuando las ven desde la tierra pareciera que prenden y apagan sin cesar, otras parece que siempre están prendidas. Aprende a disfrutar tu brillo, no te sientas incómoda con él, compártelo y sobre todo nunca te compares con las demás”.

La pequeña y afanada estrella escuchó con atención, pero pareció no importarle y lo olvidó ya que dentro de sí se esforzaba más y más, ¡todo su ser se enfocaba en brillar, brillar, brillar!. Pensaba, hacía sus estrategias, planeaba una y otra vez y se decía: “Esta noche es mi noche”. Tristemente y sin darse cuenta, sus deseos por brillar se convirtieron más bien en un deseo de opacar a las demás estrellas, ya no le importaba brillar para bendecir a otros con su luz, sino que todos quedaran encandilados por su belleza y su esplendor.

Y llegó el momento que toda la galaxia temía:

La pequeña estrella tenía su “plan perfecto”, concentró toda su energía y recursos en esa noche, “¡esta será mi noche!” decía para sus adentros, efectivamente esa fue su noche, su última noche… Sí! brilló mucho esa noche, fue un espectáculo maravilloso (visto desde la tierra), pero sólo por un momento.

Esa pequeña estrella que tenía la capacidad y diseño para ser una estrella fija, se convirtió….en una estrella fugaz.

2 comentarios:

  1. Hola, esta entrada me ha dejado anodadado, ese estrella quien hablo con la fugaz estrella, se fué Sirius no? del can Mayor. a quién le hablo? quién fué la estrella fugaz? Canopus aun sigué alli, igual Reguiel, y los gemelos Castor y polúx, también Capella. quién fué?

    a ver si escribo un blog dedicado a las estrellas...

    me gusto esta entrada, yo tengo una historia de una estrella también.

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  2. Especial... felicidades y sigue compartiendo tus pensamientos. Es un buen ejercicio y bendices a muchos. TQM. Benja

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