¿Lo harás? o seguirás en el anonimato?

Es hasta cierto punto obvio que para lograr una amistad fuerte y estrecha, es fundamental conocer a la persona: su carácter, saber qué le gusta y que no, cómo supera las cosas difíciles, cómo reacciona cuando está feliz, cuando está triste, cuáles son sus sueños... etc., etc.! Son muchas cosas que pueden ayudar a que la relación sea mejor. Hay que invertir bastante tiempo con la persona a la que quieres conocer.. ¡¿y cómo conocer esa persona si nunca hablas con ella?!.

Es una analogía aproximada pero nunca tan importante como nos sucede con Dios. Él nos conoce, sin embargo quiere que le hablemos, se interesa por nosotros y quiere ser el número uno, nuestro super y mejor amigo. Preguntémonos: ¿En realidad lo es?. ¿Invertimos el suficiente tiempo con él para conocerlo, que nos conozca y hablarle de TODO?!.

Hagamos un simple Test. Piensa en una persona en que confíes, quizá en tus papás o en quien es tu mejor amigo(a).

1. Si te pasa algo muy bueno, ¿se lo cuentas?
2. Si pasas por un momento difícil ¿le confías y reconoces que necesitas su apoyo?
3. Algo clave... ¿Cuánto tiempo resistes sin hablar con ella?

Ya? Ok, ahora pregúntate... ¿es así de grande (o de pequeña) mi necesidad de platicarle todo a mi Creador?. Autoevalúate y capta el mensaje.

Lo hermoso de platicar con Dios es que Él no solamente es como una buena Oreja!, sino también nos habla!. Así como quiere conocerte, también quiere que lo conozcas. ¿Estamos dispuestos a escuchar?

Preguntémonos... ¿Entonces qué es orar?, ¿Qué implica tener pláticas con Dios?, ¿Por qué ese gran privilegio?. Te evité trabajo y me puse a ver mi diccionario de sinónimos para la palabra orar y estos son: agradecer, rezar, recomendar el alma, rogar, implorar, invocar, suplicar, adorar, recogerse. Si te fijas muchos de estos sinónimos implican el pedir o solicitar cualquier cosa, lo cual me anima a recordarte algo: -Cuando oras pasan cosas en el ambiente sobrenatural que no comprendemos y ni siquiera imaginamos!-. Una oración no solamente es para conocerse (Jesús a ti y tu a Él), sino también es poderosa al intervenir en nuestro pequeño mundo la fuerza sobrenatural del Espíritu Santo. Una oración no tendrá efecto por lo fuerte que grites, ni por las palabras bonitas que puedas usar, es simplemente Su fuerza obrando porque tu intercedes por otros. El Padre te da la oportunidad de dirigirte a Él no sólo para estar en comunión contigo. Claro! ese privilegio es para ti, pero no solamente para ti, ¿me explico?, porque eso es hasta cierto punto egoísta. Así como Él se interesa en ti, en tu amistad, se interesa por los demás del planeta, no sólo los que tú conoces y amas, sino también a los que no..(hey! inclusive los que te caen mal! Ooops!).

Entonces orar, además de ser una forma de comunicación y para estrechar nuestra amistad con Dios, es una forma de intervención... puedes ser un agente de cambio siendo un mediador. Interceder es lograr una intervención que causará una diferencia, no por lo que tú hagas sólo, sino por lo que puede hacer Él si lo pides. Interceder es sinónimo de: reconciliar, conciliar, inmiscuirse, mezclarse, interponerse, entrometerse, atravesarse, meterse, respaldar, en pocas palabras: influir.

Y tu....¿Lo harás? ¿O seguirás en el anonimato?. Es cuestión de decisión.

Imágenes por: Kim Anderson.