La recámara

Cuando viajo con Emphasys y nos hospedan en casa es genial, es genial porque conozco diferentes personas, ambientes y costumbres y porque hay un techo seguro y no hay moyotes, mosquitos, cucarachas o animales ponzoñosos. Las personas que comparten sus casas me inspiran, son una bendición sin iual.

Si yo hubiera tenido cámara antes las historias que hubiéra narrado en imágen. Hay toda clase de anécdotas.

Una vez nos hospedaron en un tipo albergue en construcción para mujeres golpeadas en Juárez, el lugar estába prácticamente en obra negra, no tenía ni vidrios, ventanas, ni mosquiteros, ni siquiera camas. Me hice una “camita” con toallas en el firme (pedazo de cemento terregoso, no pulido) el frío era totalmente inaguantable, sobra decir que no dormí, no iba preparada para el frío y menos con almohada, fue otro rollo, para colmo traía unos cólicos increíbles. Era un albergue porque para muchas mujeres abusadas y golpeadas era como un refugio celestial, se supone que con lo que recabaron con lo que cobraron con nuestra presentación harían arreglos al lugar, qué alegría haber contribuido!.

Esta ocasión fue diferente, una familia nos acogió en su casa y una agradable jovencita nos prestó su recámara, se me hizo tan linda su decoración tipo playa, como hawaii, mi camara no alcanza a tomar todo pero era linda. Se llama Areli, no sabe la bendición y genial sueño hermoso y recuerdos que tuve en este viaje y mucho tuvo que ver gracias a que me prestó su cama. Bendiciones para ella y su familia!