No sé si vaya ligado el “pensar estar firme” con el “caer” pero tengo algunas hipótesis al respecto.
Cuando piensas estar firme:
- dentro de ti piensas: “eso jamás me pasará”
- te consideras incapaz de pensar, hacer o decir ciertas cosas
- pierdes condición
- te crees mejor que los demás
- dejas de entrenar
- subes a alturas (pero sólo mentales) a las que nadie te llamó
- pierdes el equilibrio
- caes…
En realidad deseo estar firme, más no deseo creerlo del todo, anhelo una firmeza de la cual quizá ni yo sea consicente, no quiero acostumbrarme a un estado de confort y bienestar en el cual ni siquiera te das cuenta cuán bajo has caído.
1a Corintios 10:12
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