16. Me sorprenden, no lo creo… pero, en realidad no eran tan diferentes a nosotros. A final de cuentas eran humanos, somos humanos. Pero podemos aprender y cambiar…
Somos bendecidos, tenemos vida, salud, agua, un techo, luz, calor, familia.
No somos tan diferentes.
Después de todo en ocasiones también nos hacemos preguntas y nos sentimos hambrientos. Sabemos quién es quien nos provee de pan pero aún así lo dejamos sobre una mesa, escritorio, empolvándose. Nos enfrascamos en nuestros planes, proyectos, sueños… y seguimos hambrientos. Nada nos satisface. Tenemos todo y … nos quejamos.
«Voy a hacer que les llueva pan del cielo. El pueblo deberá salir todos los días a recoger su ración diaria. Voy a ponerlos a prueba, para ver si cumplen o no mis instrucciones.
Somos similares. Tenemos abundancia de pan. Prendemos el radio, tenemos internet, biblias, iglesias, libros…, la comida está ahí, nos llueve por todas partes… pero la tomamos y cumplimos sus instrucciones? Ni siquiera poniéndome a pensar que es comida que alguien más preparó, que alguien más masticó… nisiquiera tuvimos nosotros qué preparar… O sólo la tomamos como un conocimiento “extra”?
Similitudes?… Murmurando, murmurando, quejas del sistema, quejas del gobierno, de la inseguridad, quejas de los líderes, quejas de los métodos…
Vemos la gloria, la provisión, la abundancia…masticamos, masticamos… nos “hartamos”, nos llenamos, engordamos…
Buscamos más métodos, mejores ideas, siendo que las instrucciones simples, claras, sencillas y para nuestra conveniencia nos han sido dadas. Descansar en él, CONFIAR, seguir instrucciones, agradecer, compartir…
«¿Hasta cuándo seguirán desobedeciendo mis *leyes y mandamientos?29 Tomen en cuenta que yo, el Señor, les he dado el sábado. Por eso en el día sexto les doy pan para dos días. El día séptimo nadie debe salir. Todos deben quedarse donde estén.»
Hasta cuando? Espero que no más. Una espera activa. Guardar porciones para testimonio de los que vienen, para que sepan que quisimos ser una generación diferente, una generación que cuando tuvo el maná, lo valoró, comió y pensó en los que siguen, conservando el pacto.
Hasta cuando?: Hasta que nos determinemos a OBEDECER.
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