Comentando Génesis 44-46

44. Extrañamente hasta este momento que considero que José sintió que los sueños que tuvo de joven donde tuvo un “vistazo” hacia el futuro se cumplía, sus hermanos se estaban “inclinando”…

18 Entonces Judá se acercó a José para decirle: —Mi señor, no se enoje usted conmigo, pero le ruego que me permita hablarle en privado. Para mí, usted es tan importante como el faraón.

Qué sensación tan extraña ha de haber sentido, un tipo de lo que llaman “deja vou”.

45. 5Ahora pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; que para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros:

Cuando pasa el tiempo y ya cometiste errores para qué afligirte más? Él sabía que sus hermanos tendrían culpa y todavía se detiene y busca confortarlos. Para qué repasar en la mente esos momentos y culparse, reprocharse?. Si bien no debemos cometer lo mismo una y otra vez, cuando ya se nos da la oportunidad de comenzar otra vez, basta con el pasado.

Me encanta cuántas veces repite José FUE DIOS quien hizo esto, fue por él que estoy aquí. Y encuentra entre el dolor, maltrato, desprecio, esclavitud, cárcel, mentiras, una razón SUPERIOR y un PROPÓSITO en medio del mal, que era para el bien de todos. Todo por fin tenía una explicación. Muchas veces no sabremos el POR QUÉ de muchas cosas, pero pasa el tiempo y al parecer todo cobra sentido.

La manera en que guardó su corazón ante la adversidad me sorprende y me reta, tuvo que haber sido una obra celestial, que implicó decisiones terrenales.

Me pregunto, reflexiono y observo… dónde está mi corazón?, qué hay dentro de él?, cómo está, qué sucede en su interior? cuáles son sus intenciones? quién lo tiene?. Ha herido? se ha dejado herir?

Y respondo que siempre estará mejor en manos de Dios que en las mías… cirugías de corazón

José en lugar de pagarles mal con mal, aprovecha la oportunidad de Faraón y LES DA LO MEJOR DE EGIPTO, EN ABUNDANCIA. No sólo para ellos sino a sus familias, a su descendencia. Que favor tan inmerecido. Cómo se preocuparían por lo que habrían de dejar atrás si les estaban ofreciendo un reino y lo mejor de esa próspera tierra?!

46. Esa noche Dios le habló a Israel en una visión:   —¡Jacob! ¡Jacob!   —Aquí estoy —respondió. 3 —Yo soy Dios, el Dios de tu padre —le dijo—. No tengas temor de ir a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación.4 Yo te acompañaré a Egipto, y yo mismo haré que vuelvas. Además, cuando mueras, será José quien te cierre los ojos.

Me llama tanto la atención saber que a estas alturas Jacob tenía temor de ir a Egipto, quizá como todos después de atravesar tantas dificultades y al pensar que el sueño no se cumplió, que Dios se olvidó de su promesa, que quizá “a mis hijos les toque”, quizá otro enseguida de mi será… ve con sus propios ojos y concluye su vida junto al sueño y quienes lo culminarían, sabiendo que Dios nunca miente.

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