Historias de hospital

Pasé prácticamente todo el día en el hospital.

hospital infantil

No me imaginé que este 10 de mayo fuera a ser así.

Pero espera!, no sientas compasión ni tristeza por mi, me ayudó mucho!, de verdad que sí!, pude ver de manera tangible lo bendecidos que estamos. Mientras iba de camino daba gracias a Dios por tener un auto, una manera de ser atendidos. No sabía cuánto costaría pero también sabía que de alguna forma lo pagaría.

Al estar ahí vi algunas cosas bastante dolorosas que me conmovieron el corazón:

  • Desde que llegué una madre estaba llorando sin parar, desde que llegué hasta que me fui no recibió noticias de su hija, sólo lloraba y hablaba con una mujer. No supe que pasaba, estaba del otro lado de la sala, pero a juzgar por su rostro… era algo horrible.
  • Llegaron jadeantes un padre y madre con un hijo cada uno con un hijo en brazos, ambos lacios, como ramitas de cilantro en sus brazos, uno respiraba con dificultad, el otro como dormido y sus ojos desorbitados…los dos pálidos, intoxicados, con pastel… su festejo se tornó en tragedia hoy.
  • Otra familia llegó desde Parral, ellos transportaron a su hijo en auto porque la ambulancia era carísimo, su hijo tiene Cáncer, había tenido como 30 radiaciones (creo que así se llaman) su cabeza, grande, pelona y deformada, sus ojos enormes, hermosos expresivos y llenos de cansancio, de dolor. Había tenido muchos ataques epilépticos.
  • Una niña con un intenso dolor de oído, no tienen idea lo grave que eso puede llegar a ser…me recordó en flashbacks muy intensos todo lo que viví en el 2003…

Estuve ahí porque la Dra. me envió, pero entre más pasaba el tiempo más mal me sentía de estar ahí, Josué sí, está enfermo pero nada que ver con esas circunstancias tan lamentables e incluso enfermedades terminales. Aún en su dolor es fuerte, muy fuerte… sonríe, se mueve, platica, me abraza.

Todo salió muy bien pues lo evaluaron, consultaron, medicaron. De regreso también estaba agradecida por el auto, por poder comprar sus medicinas.

No es bueno comparar, nunca lo es, lo que es bueno es darte cuenta que aunque te pasen cosas tristes, difíciles, complicadas, molestas, incómodas, dolorosas… Dios te ayuda en medio de todo y a esas personas también.

La fuerza y capacidad para superar cosas que nunca imaginamos nos pasarían es algo sorprendente.

Pido que todas esas cosas en lugar de lastimarnos hagan más sensible y también más agradecido mi corazón.

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