La ley no es para ponerse triste sino para gozarse, alegrarse y consagrarse.
Una vez que conoces lo que Él es, eres consciente de tu condición.
Cuando Él descubre un “corazón fiel” en nosotros está dispuesto a pactar. Que encuentre uno así en nosotros, que podamos conocer su naturaleza de una manera más excelente que en la aquí descrita, en este clamor.
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