Herodes se frustró en demasía cuando escuchó del nacimiento del rey de los judíos.
Me extraña que se haya frustrado siendo él mismo rey.
¿Es acaso que el poder le haya atrofiado el cerebro? ¿Por qué un rey se frustraría en gran manera a punto de mover tantas cosas para enterarse del nacimiento de un niñito?
Yo pensaría que él ya estaría contento con haber sido parte de la historia de su país, haber servido a su pueblo y estar seguro de que hizo una buena labor con sus hijos como para seguir en el trono o al menos como buenos hombres para su país, pero NO, era una ansiedad enfermiza, tanto como para mentir y decirles que lo quería ver para “adorarlo”.
El temor, la ansiedad, la inseguridad cambian el corazón, pueden frustrarnos de tal manera que mintamos, que cambiemos nuestros valores, principios e integridad como para engañar a los demás. Por eso debemos cuidar nuestro corazón.
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