Cuando una área de mi vida está saliéndose de control generalmente es por desorden. Cuando observamos desorden, necesitamos a Dios en esa área.
Te contaré un ejemplo personal. Hoy una amiga me llamó por teléfono y me hizo una propuesta importante sobre monitorear nuestro peso. Si estás cerca de mi podrás darte cuenta de que tengo bastantes kilos extra, mismos que quedaron desde mi último embarazo, han pasado 7 meses y no sólo sigo igual, sino he aumentado. Si me permites confesarlo ha sido por demás frustrante, se ha combinado con cansancio casi crónico, enfermedad (de los 4) y falta de sueño. Generalmente no me gusta escribir de cosas personales frustrantes aquí, considero que cada quien ya enfrenta suficientes retos y escucha y lee malas noticias en diferentes medios como para todavía leerlos de mi, pero decidí hacerlo por si quizá también te puedes animar al saber que no estás luchando solo (a ).
Podría lloriquear contigo y quejarme usando los pretextos que hemos escuchado siempre: “no tengo tiempo, no tengo presupuesto para… ir a un gimnasio o para una operación o para que alguien limpie mi casa y tener más tiempo para mi o para que alguien cuide los niños en lo que yo me ejercito o pago dieta o que me hagan comidas especiales, podría poner mil y una excusa pero ahora no me siento con ganas de hacerlo, sólo sé que necesito poner orden a ese aspecto de mi vida, porque está interfiriendo con otros, está teniendo secuelas en un cansancio y sueño casi crónico. Haber amamantado a RG ha valido la pena y no me arrepiento, ya esa etapa concluyó y necesito enfocarme en organizar todo para adaptarme al nuevo cambio. Necesito poner orden también a mi sueño para rendir mejor, para continuar con actividades que sé que debo y quiero realizar, a la limpieza, a los horarios, a los menús, etc.
Todos tenemos la misma oportunidad de actuar y ordenarnos aún cuando todos enfrentamos diferentes circunstancias y retos, todos tenemos diferentes recursos y presupuestos, razones y motivación. Cuando no pones orden a algunas áreas de tu vida todo se puede tornar en un circulo vicioso y cuando no se ordena la vida tiende al caos. Así es la ley en el mundo, con los humanos, tendemos a la entropía.
Es una bendición contar con personas que más que juzgarte, criticarte, darte mil y una ideas de cómo ellos sí tienen orden y aplastarte con palabras y actitudes altivas y orgullosas, te animan, comprenden, ayudan, empujan y se disponen a orar por ti para que puedas avanzar e ir más allá. Es extremadamente enriquecedor que alguien vea algo de valor en ti aún cuando tu no lo puedas ver por el desorden que hay.
Quizá para ti sea muy sencillo tener tu vida ordenada, no lo sé, lo que sí sé es que el orden le agrada a Dios, desde el principio puso un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar, Desde el principio puso tiempo para todo, marcó el día y la noche de una manera bastante notoria. Creo que disfruto el orden porque tengo parte de Él en mi y sé que me ayudará a ordenar mi vida en esta etapa y también en las que siguen. Sé que cuando tenemos cuidado de vida interior la vida exterior inmediatamente es un reflejo de ella y todo se ordena, cuando lo principal es nuestra relación con Él, todo lo demás toma su lugar y su parte e importancia en la vida, ni más ni menos, lo justo, lo necesario, lo sano,
Quiero que Él enderece mis pasos (Prov. 16:9)
Quiero que Él sea Señor de mi camino y ordene mis pasos y toda mi vida en sí. (Jeremías 10:23)
Quiero el orden.
Quizá te cuente después de los avances que he tenido en esta área, quizá no. Lo que hoy quise decirte es que Pon atención a cualquier parte de tu vida que necesite orden. Pidamos ayuda a Dios y pongámosle también acción.
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.” Proverbios 3:5-6
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