Esta historia me la compartió una amiga con un esposo muy sabio al juzgar por este ejemplo…. (luego de leer Dime de qué te quejas) Aquí la comparto, en sus palabras, me encantó… y lo haré si comienzan con eso más tarde mis pequeños:
“Es verdad, siempre nos estamos quejando de todo, sin ver todas las bendiciones bellas que tenemos a nuestro alrededor. Tal parece que necesitáramos que las cosas nos faltaran para poder apreciarlas.
En una ocasión íbamos en nuestro auto, que es pequeño, como los niños van creciendo, al igual que la ropa, el auto les comenzó a quedar chiquito. Iban discutiendo por el espacio, ya sabes, "hasta para allá, no me dejas lugar, etc." Hasta que mi hija, que es la que siempre dice lo que piensa, le dijo a mi esposo en tono de reclamo: "Porque no podemos tener una auto más grande, ya no cabemos en este", a lo que mi esposo sin demora contestó: "Algún día Dios nos dará otro auto, sólo hay que tener paciencia", los niños no se quedaron muy conformes, pero ya no dijeron nada.
Yo pensé que todo terminaría ahí, pero cuan equivocada estaba. Al otro día mi esposo me pidió que los levantará media hora más temprano, lo cual no les gustó, pero obedecieron, ese día los llevó a la escuela en combi (pecera), ya se han de imaginar!, corriendo para alcanzarla, cargando las mochilas pesadísimas!, todos apretados, etc. Ese día casi llegan tarde a la escuela, por poco y los dejan afuera y aunque parezca raro, no les gusta faltar, así es que dice mi esposo que iban casi llorando.
Así fue durante toda una semana, hasta que un día que se disponían a salir, mi esposo les preguntó, "¿Quieren irse en combi, o en nuestro auto chiquito? los tres respondieron en coro "¡En el auto papi!". Desde entonces han apreciado el auto pequeño y no se han vuelto a quejar” Historia de AQL (pseudónimo para su privacidad).
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