El bote de basura

Este post es de Lucy Reyna. Si te gustó asegurate de seguirla en:      

No hay nada más nauseabundo que un bote de basura donde se depositan todas las bolsas de basura de una casa, si se llega a romper una bolsa o varias… éste se ensucia y huele… ni cómo definirlo.
Hoy mi contenedor de basura estaba así, sucio, maloliente y totalmente indeseable (si se vale ese término, porque cuándo un bote de basura es algo deseable? sobre todo cuando tiene desechos de comida y pañales). Me negaba a lavarlo… ¿acaso no sería más sencillo tirarlo a la basura y comprar uno nuevo? ¿uno bonito, limpio y quizá hasta perfumado?
Entonces mis ojos se abrieron y Dios me enseñó algo como todos los días en las cosas más comunes y tan comunes en mis días en la casa.
¿Acaso no hacemos eso o se nos antoja hacer eso en varias ocasiones, sobre todo en cuanto a relaciones se trata?
Se tiende a pensar que una relación llegó a su fin y que no tiene remedio, que es mejor el divorcio. Al decir esto no hablo sólo de un matrimonio, sino de cualquier tipo de relación padres-hijos, vecinos, patrón-trabajador, amigos, familia, etc. En ocasiones las cosas se complican y es difícil reconciliar diferencias, es complicado limpiar el desastre que se ha hecho, entre más tiempo se deja el bote de basura sucio es repugnante doblegar el orgullo y casi imposible soportar el nauseabundo olor de la culpa, los “dimes y diretes” atráen las moscas y muy pronto el lugar y el ambiente es un desastre.
Una amistad está dañada y quizá requiera tiempo para tallar desperdicios pegados de la basura que alguien más arrojó ahí… ¿acaso no sería más fácil conseguir nuevos amigos que mantener saludable la relación con los actuales?
Luego pensé en los bebés, cuántas veces se hacen popo y pipi en el pañal y no por eso los tiramos verdad? Valen lo mismo limpios que sucios, si los amamos no los dejaremos vivir en sus desechos.
Después de todos esos y más pensamientos y una linda charla pude respirar tranquila…En medio de la tarea de lavar mi bote, supe o mejor dicho recordé que Dios hace lo mismo conmigo, con nosotros, con todos. Él no nos permite permanecer sucios, él no nos desecha y nos cambia por alguien más, nos ama tanto que nos limpia, nos deja en condiciones de servir, de estar limpios, no es flojo o indiferente, no se hace de la vista gorda cuando nuestra vida requiere una buena lavada y desinfectada. Siempre nos da una nueva oportunidad…
Quizá esto no tenga sentido para ti, pero a mi, oh a mi me hizo el día!!! …