Ella es Lupita, tiene 12 años. Algunos dicen que 11, otros que 13, pero ella dice 12 sabrá más.
Vive en un orfanatorio junto con otros 32 niños y niñas.
La conocí cuando comenzamos a visitar el lugar y “EH” la amiga que invitó a mi familia participar en un “programa” tipo piloto de alfabetización me fue asignada.
Cuando me la presentó me dijo que sabía leer, pero que estaba algo “atrasada” en lectura. Con esa palabra me dio a entender que sólo estaba -un poco- atrasada (pues hay niños que aún no saben NI leer NI escribir) pero jamás me imaginé a qué grado. Acostumbrada a escuchar leer bastante fluido a mi hijo de 5 años, supuse que cuando dijo “algo atrasada” en la lectura que sería algo “leve”.
Llegué y paseando por el librero del lugar de estudio que tienen elegí un libro pequeño y clásico para comenzar, si era una jovencita lo mejor sería sin ilustraciones, tomé “Mujercitas”. Luego algo cruzó mi mente: “¿y qué si no sabe nada? y tomé uno de pastas duras, de los que usan las niñas pequeñas preescolares, uno de “Las Princesas”.
Cual fue mi sorpresa cuando le pregunté cual prefería que leyéramos juntas y que si me leía los dos títulos, leía no solo despacio, sino con mucha dificultad, como si aquello fuera una agonía. Sobra decir que puse a un lado mujercitas, para no presionarle demasiado o hacerla sentir incapaz en nuestro 1er encuentro.
Duramos 2 horas para terminar ese mini libro de 6 hojas de pastas duras con aproximadamente 3 o 4 líneas en cada una, con letra enorme y el dibujo ocupando toda la página.
Mucha parte del tiempo estoy practicando con ella la b y d, B y D, p y q, el sonido de la c, k y q, el uso de la h. Esas son las cosas que más se le complican. Entonces debemos parar y repasar fonemas, sílabas y reglas sencillas de cada letra… es un proceso lento… y quizá más para ella angustiante.
Cuando te gusta leer eso te quiebra el corazón.
Pasaban por mi mente cientos de recuerdos de lecturas, rodeada de libros a lo largo de mi vida… y pensaba en lo bendecida que fui (y soy) de haber tenido una familia, no tienes idea de cuántas veces se me hacía un nudo en la garganta y luchaba por contener las lágrimas (ella no se daba cuenta, estaba emocionada, absorta y realmente esforzada en leer. Quiero enseñarle a mis hijos la bendición que es tener una familia, poder ayudar a otros, poder aprender, poder compartir, todas esas cosas que sólo comienzan en casa, con el ejemplo.
Para mis adentros pensé: “bueno! quizá su tipo de inteligencia es OTRO, es diferente…quizá simplemente es muy buena en otra cosa!”. Decidí hacer una pausa y platicar (para que descansara un poco) y le pregunté…
¿Cuéntame Lupita, qué es lo que más te gusta hacer? ¿Dibujar, platicar, jugar algún deporte, ayudar a recoger la casa, jugar con tus amigas, dime…qué es LO QUE MÁS TE GUSTA?
Su carita se iluminó y me dijo con una sinceridad y emoción tal algo que me sacudió: “Lo que más me gusta es leer”.
Wow… pensé…”lo que más le gusta es LEER! es en serio! quizá el mundo se le abrió hace poco, cuando aprendió”
Y luego añadió; “este libro ya lo había “leído” varias veces… pero no sabía lo que decía”
Asombro, conmoción, compasión, entusiasmo, ganas de llorar, ilusión de poderle ayudar…de todo, siento de todo al pensar en sus palabras y recordar su rostro. Había VISTO ese libro muchas veces, pero apenas lo estaba leyendo DE VERDAD.
Hace 2 semanas que no la veo. Esta es una foto fue del 120929. Ella no tiene ni la menor idea de lo que ha originado en mi mente y corazón aún en mi ausencia y nuestra falta de contacto y seguimiento.
Ella no sabe por qué no he ido. El sábado 6 de octubre no podíamos ir porque todo el espacio iba a estar ocupado con unos arreglos de las instalaciones que iban a donar una maquila y aprovechamos para celebrar nuestro aniversario 7 ese fin, fuimos con mis propios hijos a disfrutar verlos correr en la carrera de niños y bebés del 21K Oxxo….(y pensaba si ella tendrá la idea de qué es eso…y si tendrá algún recuerdo familiar… es algo que siempre me aterra preguntar como si fuera un campo minado o doloroso o incómodo que no quiero traer a su mente)… Este fin también fue de trabajadores en la cas por arreglos y también RG y yo recuperándonos aún con antibiótico (¿para qué ir a contagiar a otros?)…y aunque la pasamos MUY bien y disfrutamos muchas actividades pensaba en Lupita.
Se preguntará…”¿irá a volver a ayudarme?
Me pregunto: ¿haría su tarea? ¿se acordará de mi? ¿cuántas personas han entrado y salido de su vida sin avisar?”¿recordará en lo profundo de su ser el abandono? ¿qué pasará el próximo fin? podré ir? ¿algo más se atravesará? ¿qué pasará con ella? ¿seguirá leyendo? ¿vivirá toda su vida en esa casa hogar?… muchas preguntas pasan por mi mente…
No sé qué pasará con ella, sólo puedo saber que mientras me cruce en su camino por mucho o poco tiempo, quiero bendecirla y ayudarle, no sé que pasará con ella pero de lo que estoy segura es de que cuando 2 vidas se cruzan ya nada puede ser igual.
Siempre que intentas hacer algo por alguien, comienzas pensando que eres TÚ quien les ayudará y resulta que son las demás personas a las cuales intentaste bendecir quienes terminan sacudiendo tu mundo, tu sistema, tu historia, tu visión.
Hoy medito en esta enseñanza y te invito a hacer lo mismo: En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. Hechos 20:35
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