Hice una enorme cantidad de spaguetti con pechuga de pollo y una salsa de champiñones (molidos porque si los ven enteros han tomado la moda de decir que no les gusta grr) y ensalada fresca. La pasta para ellos es algo “super” pues casi nunca les hago, de ningún tipo.
Una porción del caldo donde cocí el pollo la separé y con ella licué el champiñón, condimentándola, quedó muy rico.
Tener pociones de alimento (al menos la cena) listas con antelación me ayuda a estar más relajada y poder pasar con ellos tiempos más lindos y agradables sin el estar corriendo o tenerlos como disco rallado “tengo hambre, tengo hambre”. Además de que el hambre no te toma por sorpresa y no comes cualquier cosa donde sea y lo que sea.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Puedes enviar tus comentarios a mi email