La sumisión y nuestra fe
Por: Reyna Orozco Meraz.
¿No te sorprende que el matrimonio deba reflejar la relación de Cristo y la iglesia? ¿No te sorprende que en nuestro limitado tiempo de vida hagamos algo que pueda reflejar un principio divino? A mí, sí; ¡demasiado!
Pero quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo, y la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios. 1 Corintios 11:3.
Necesitamos orar para que cada hombre que nos rodea tenga a Cristo como cabeza. Tanto el varón para liderar de acuerdo al plan divino como la mujer para someterse, requerimos desesperadamente Su obrar en nuestra mente, carácter, fe, temperamento, reacciones, emociones y palabras, para que nuestras oraciones no sean estorbadas (1 Pedro 3:7).
Aun con un hombre que tiene a Cristo como cabeza, sin la obra de Dios en nuestras vidas es imposible representar con claridad el hermoso diseño de sumisión ante el liderazgo masculino. Actualmente resulta más popular e incluso “aceptable”, ignorarlos o decidir todo sin tomarles en cuenta, y tristemente muchas veces se nos anima a hacerlo, aún en círculos que se dicen cristianos hasta se promociona y aplaude. Cuida lo que escuchas, lo que entra en tu corazón y permites que te guíe, que sea enseñanza fundamentada en la Biblia.
Someterse es bueno, no porque sea lo más aceptado en la sociedad actual, o “políticamente correcto” o “popular”, sino porque es una instrucción divina (Mateo 24:35).
Al someterte con humildad al liderazgo masculino demuestras obediencia a la Palabra así como fe y confianza en la bondad de Dios, pues confirmas creer que Dios instituye toda autoridad con un propósito bueno para nuestra vida. (Romanos 13:1, 1 Corintios 11:3, Jeremías 29:11).
Nuestra decisión de someternos gozosa y voluntariamente es muestra de un carácter cristiano, así como Cristo se sometió con gozo al Padre al morir por nosotras. Creerlo requiere fe y acción, la fe sin obras está muerta. (Santiago 2:14, 17. No solo necesitamos comprender la sumisión, sino también permitirle a la Palabra transformar nuestro entendimiento (Romanos 12:2), para que nuestro corazón y acciones concuerden con nuestra creencia.
Si creemos que Cristo es el Señor y tenemos la humildad suficiente para aceptar que Sus planes son mejores que los nuestros: ¿Responderemos con humildad al liderazgo masculino demostrando una noble sumisión a la autoridad? Que nuestra respuesta sea un determinado: ¡sí!, reflejando así la sumisión de Jesús mismo a Su Padre.
Es imposible tratar de representar su hermoso diseño sin aceptarlo primero. Tenemos una enorme necesidad de la obra redentora de Dios en nuestras vidas para someternos a Él y a las autoridades que pone a nuestro alrededor.
Nuestro ejemplo de sumisión será visto por nuestros hijos y así aprenderán a someterse a sus propias autoridades.
●¿Qué figuras de autoridad no han representado con fidelidad a Cristo y debes perdonar? ●Ora por tu esposo, el presidente y gobernantes de tu país, pastores, líderes, maestros y cualquier otra figura de autoridad masculina. ● ¿Confías en que Dios se manifestará en las autoridades que puso en tu vida?
●Oremos: Santo Dios, bueno y fiel, por favor abre nuestros ojos espirituales, aumenta nuestra fe, obra en nuestras vidas conforme a Tu voluntad. Creemos que someternos a Ti, primeramente nos capacita para luego someternos a nuestro esposo y otras autoridades a lo largo de la vida.
Ayúdanos a que nuestro ejemplo de sumisión como mujeres casadas sea bueno, agradable ante Tus ojos, que seamos un claro ejemplo de Tu diseño divino, que lo abracemos con gozo, fe y agradecimiento genuinos. Capacita a las mujeres solteras, que incluso en esta etapa de su vida muestren con gentileza estos conceptos con sus padres, maestros y demás autoridades a su alrededor, practicando con sabiduría Tu perfecto plan. Sin Ti, estos conceptos son locura, una bendita locura contracultural que nos permitirá vivir en abundancia y plenitud. Gracias de antemano por Tus planes y fiel provisión de humildad, dominio propio y carácter para cumplirlas. En el nombre de Tu Hijo Amado Jesús, amén.
Día 10. Dentro del Viaje de los 30 días a través del Manifiesto de una Mujer Verdadera encontrarás diversas escrituras y retos que te animarán a vivir contraculturalmente, para la gloria de Dios.
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Artículo escrito por Reyna Orozco Meraz para el Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com
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