En busca de mi verdadero Padre - Parte 2
Por: Reyna Orozco Meraz.
En la primera parte de este artículo mencionamos algunas estadísticas de mujeres y niños que viven sin un padre, sobre el dolor detrás de la falta de él, pero sobre todo enfatizamos la esperanza de saber que Dios es nuestro buen Padre Celestial, el Único, suficiente, quien nunca falla, al cual podemos acercarnos confiadamente.
Considerando la gran cantidad de hijos creciendo solos (o en el mejor de los casos con su madre o algún familiar), no podemos vislumbrar por completo las consecuencias que esto implicará para nuestra generación (directa o indirectamente) por la carencia de la figura paterna. Algunos investigadores explican mucho del declive moral en nuestra sociedad a la desintegración familiar, es real el efecto de la ausencia del padre en la vida de sus hijos.
¿Qué haremos al respecto?... ¿desplomarnos?, ¿llorar?, ¿lamentarnos?, ¿enojarnos?, ¿señalar?, ¿expresar quejas?, ¿guardar rencor?... ¡espero que no!, sino que vayamos más allá, pidiendo ayuda divina y buscando actuar bíblicamente.
Recordemos que vivimos en un mundo caído, manchado por el pecado, esto no debería sorprendernos, a lo largo de la vida seguiremos conociendo a otros padres terrenales que han fallado o abandonado y también madres. Podemos hacer una pausa hoy orar por ellos, roguemos que conozcan a Jesús como su Salvador, es el mejor ejemplo de Padre que existe y el Único que puede brindarles la oportunidad, sabiduría y fuerza para andar como Él anduvo.
De nada sirve si nos dejamos paralizar por el dolor, la decepción o permitimos que nos atrape la amargura.
Por ello, quiero extenderte esta invitación a realizar pequeñas acciones concretas de acuerdo a cada caso:
Si tu padre terrenal falló, o si tuviste un padre ausente perdónale y pide ayuda a Dios para seguir adelante, sabiendo que sólo Él es un Buen Padre, ¡es perfecto!. Pídele que te llene de gracia, misericordia y amor, así como Él te lo otorga a ti, que te ayude a enfocarte en que sólo Él es todo suficiente. (Ef. 4:32)
Si el padre de tus hijos es indiferente con ellos, ora por él, anímale y valora su labor. Apóyalo en buscar consejería bíblica, lo más probable es que él tampoco tuvo un padre amoroso o involucrado en su vida y sólo está repitiendo lo que él vivió, con todos los errores y carencias. Clama para que se dé cuenta de la gran necesidad que tiene de Cristo para poder reflejar al mundo la imagen de un buen padre, sin Él es imposible.
Si tienes hijos varones, posees la enorme y maravillosa oportunidad de instruirles bíblicamente sobre la importancia del varón en su familia, sembrar en su vida para que crezca en sabiduría y conozca desde temprano lo que se espera de él como varón (2 Tim. 3:15). Tenemos la oportunidad de bendecir a las generaciones futuras a través de nuestra crianza.
Si eres una mamá soltera, por favor recuerda que no estás sola, Dios es el defensor de los débiles, padre de los huérfanos y defensor de las viudas (Sal. 68:5). Busca amigos y mentores para tus hijos en una iglesia, sé parte de una comunidad cristiana que les apoye y brinde ese tipo de imagen paterna a tus hijos y que sea también de ánimo y edificación para ti. ¡Por favor no te rindas!.
Si tuviste un padre temeroso de Dios, agradece continuamente por ello, así como si tienes un esposo que ama a Dios, a ti y a sus hijos, ¡alaben juntos como familia al Señor por esa enorme bendición!, recuerden que no es sólo para su beneficio personal, sino para bendecir a otros (por ejemplo, ellos pueden colaborar siendo mentores de niños(as) sin papá y tú apoyando a mamás solteras de alguna manera). (1 Ts. 5:18).
Dios conoce nuestras más profundas necesidades incluso antes de que las expresemos, por eso nos ha provisto de todo lo que necesitamos para enfrentar la vida. Él nos adoptó y nos hizo parte de Su familia, Su amor es suficiente y eterno. (Ef. 1:5).
En amor nos predestinó para adopción como hijas para sí, mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotras en el Amado.
¡Qué belleza, qué maravilla, que suficiente y hermosa paternidad!
Hazlo Personal: ●¿Qué pasos específicos te está inquietando el Señor a tomar?●¿Cómo piensas extender el amor de Cristo a personas enfrentando este tipo de situaciones? ●¿Cuándo compartirás un mensaje de esperanza a madres e hijos que sufren por la pérdida de un padre?
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Artículo escrito por Reyna Orozco Meraz para el Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com
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