Pensando en regalos, cintas y envolturas

 

Pensando en regalos, cintas y envolturas.

Pensando en regalos, cintas y envolturas, así como en la fragilidad de la vida, me hizo MUCHO BIEN leer esto:

“En una temporada que se centra en los regalos, a menudo paso por alto el don del sufrimiento. Ciertamente no es un regalo bienvenido. Sin embargo, en él, la presencia de Dios se siente más cerca. Su abrazo más fuerte. Cuanto mayor es el dolor, más cerca se acerca Dios.

He llegado a ver que esta vida es como envolver con papel y cintas, gastamos la mayor parte de nuestra energía haciendo que nuestras vidas sean o luzcan hermosas. Este envoltorio es lo que podemos ver y tocar y experimentar, tanto lo tangible como lo intangible, incluyendo a todas las personas y actividades a las que dedicamos tiempo, lo que apreciamos y en lo que nos invertimos. Dios quiere que disfrutemos de estos dones que son de él.

El sufrimiento rompe ese papel de envoltura, y el proceso nos cambia permanentemente. La vida tal y como la conocíamos pudiera nunca ser restaurada, y lamentamos apropiadamente lo que hemos perdido. Miramos el papel roto con anhelo y melancolía, deseando que al menos pudiéramos volver a pegarlo. Miramos el papel intacto y las cintas brillantes de otras personas y nos preguntamos ¿por qué sólo las nuestras han sido dañadas, a veces casi trituradas?. Nos preguntamos ¿qué hemos hecho mal?.
Pero mientras nos sentamos con nuestro papel roto, empezamos a darnos cuenta de que el papel no era un fin en sí mismo. Fue sólo temporal, nunca tenía intención de durar para siempre, como nuestras tiendas terrenales, que no son nuestras viviendas permanentes. Lidiaremos con la pérdida hasta llegar a nuestro verdadero hogar en el cielo.

Mientras, una vez que nos centramos en el papel, cuando se rasga, notamos algo más. Vemos que el papel, hermoso o llano, estaba allí para envolver un regalo. El regalo en sí, es el producto de supremo valor, y el papel roto nos permite, tal vez por primera vez, notarlo. Incluso un vistazo al regalo es impresionante. Aunque el papel de envolver tenía un propósito importante, se desvanece cuando vemos la belleza sin igual del regalo. El regalo es Dios mismo, el único tesoro que durará.

Así que esta Navidad, si tu papel está roto y desgarrado, no desesperes. Mira cuidadosamente para encontrar el don de supremo valor, que nunca podrá ser quitado y que durará durante toda la eternidad. Es el regalo incomparable de nuestro Salvador, que es Cristo el Señor”.

Escrito por: Vaneetha Rendall Risner (thank you, you are a blessing to me).
Traducido por: Reyna Orozco Meraz . Fotos tomadas de Freepik . 
Publicado aquí. 

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