Dios puede ser tan específico en sus planes hasta decirnos en dónde nos conviene establecernos, vivir.
El ejemplo que damos como padres y lo que sembremos ahora será determinante en lo que nuestros hijos hagan. Abraham mentía por temor respecto a su esposa e Isaac comenzó a hacer lo mismo.
En ocasiones las bendiciones que Dios da a una persona pueden causar envidia en los demás, esto refleja el mal corazón de las personas, porque en lugar de estar alegres y agradecidos por lo que tienen, comienzan a desear lo de los demás. Extrañamente estas personas en lugar de “juntarse” con Isaac y preguntarle “el secreto” para ser bendecidos, quisieron ALEJARSE DE ÉL. Cuando las personas se alejen de nosotros hay que preguntarnos si es porque hemos sido malos o porque estamos tan bendecidos que les llega a molestar. En cualquier lugar en el que estemos tenemos al mismo Dios y él tiene la misma capacidad de abrir pozos para nosotros.
Tarde o temprano reconocerán que el Señor está con nosotros y volverán a querer tener alianza.
Respecto a las nueras de Isaac y Rebeca qué pena ser recordadas así: como causantes de amargura… Dios nos libre de lastimar así y más a familiares.
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