Me gustan las fotos. No sé explicar exactamente el porqué pero disfruto en gran manera cuando alguna amistad me permite ver sus álbumes fotográficos. Aunque hay personas que no disfrutan ser fotografiadas, de cualquier manera toman fotos en sus bodas, sus aniversarios, registran el nacimiento de sus hijos en fotos, sus cumpleaños, graduaciones, reuniones familiares, vacaciones y demás. Intentamos capturar momentos felices, tratando de guardar un instante del tiempo y hermosos recuerdos en una pequeña imagen.
Hay un factor común que noto en todas las fotos… todas muestran sólo el lado “bonito” de todo. Ustedes no lo han notado?. Hasta hoy no me ha tocado que me enseñen fotos de su casa totalmente desordenada, de sus hijos haciendo berrinches. Nadie publica fotos de eventos donde aparezcan con ropa manchada, despeinados, peleados o enojados (a menos que sea algo chusco, algo que haga reir).
Algunas fotos son demasiado “perfectas”, todos se ven se ven como modelos, el maquillaje (o el photoshop) cubre ojeras, arrugas, espinillas y todo tipo de imperfecciones, en las fotos no veremos estrías, pies hinchados o cansancio. Algunos que saben manejar la computadora hasta kilos demás pueden desaparecer con un simple click. Creo que esta generación será la “generación bonita”.
Cuando pienso en fotos me doy cuenta que no muestran el todo, solo algunas partes. En la vida hay TODO tipo de momentos, capturamos los mejores y eso es bueno (tomar lo bueno y desechar lo malo), sin embargo no debemos olvidar que la vida es un poco de todo, tiene sus sabores dulces y sus sabores amargos, sus altas y sus bajas. Y aunque no los fotografiemos, en medio de todo lo que sucede Dios siempre está con nosotros.
Al ver las fotos de graduación, también me gustaría ver cuántas más vería si pudiera ver al alumno haciendo sus tareas, leyendo, estudiando, levantándose temprano, acostándose tarde, comiendo a deshoras, haciendo exámenes… tomamos fotos del momento culminante y no imaginamos el esfuerzo que hay detrás. Veo las fotos de hijos saludables, sonrientes, alegres y no veo las fotos del esfuerzo que hay detrás de sus papás, su trabajo, dedicación, su empeño, sus pláticas o recortes financieros por darles lo mejor a ellos. Son muchos ejemplos en los que puedo pensar.
La Biblia, por otro lado es más real, me muestra muchos relatos y “fotografías” de las diferentes facetas humanas, esto me da una esperanza pues pienso: “hey! son personas reales, como yo!, si Dios se fijó en ellos a pesar de sus limitantes y los usó, también quiere y puede hacerlo conmigo!”.
Los casos que leo en la Biblia se muestran cual son, no se ponen caretas, dicen la verdad, también se cansan…Pero continúan! Reciben golpes pero siguen en la lucha!, saben que la carrera es larga, pero siguen esforzándose, corriendo hacia la meta.
Estos versículos de 2ª corintios 4, para mi son una foto real, de personas reales:
.8 Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados;9 perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos…16 Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día.17 Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento.18 Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.
La próxima vez que te sientes a ver tus fotos o las de alguien más recuerda esto: Todo lo que podemos ver es pasajero y siempre mostrará sólo un lado de la moneda. Quizá durante la vida nos sentiremos perplejos, perseguidos, derribados, pero con Su ayuda no estaremos desesperados, abandonados y mucho menos destruidos.
Toma fotos de todos los momentos, seguro disfrutarás verlas después.