Muchas cosas de la vida podemos decidir, muchas otras no.
- Podemos elegir qué vestir, qué comer (al menos dentro de lo que nuestro presupuesto nos permita)
- No podemos elegir a nuestros padres, nuestros hermanos, (a ningún familiar de hecho… pero podemos elegir a nuestra pareja (y no!… por si lo pensaste no puedes elegir a tus suegros, cuñados…etc. jeje).
- No podemos elegir a nuestros hijos, son una sorpresa (para unos más sorpresa que para otros … para unos una bendición y algo no tan agradable para otros)
Así hay muchas sorpresas en la vida, no todo son decisiones…
Quiero aprender a vivir bien con lo que tengo y aprender a decidir bien sobre lo que puedo cambiar.
Es extraño porque en lo que estoy pensando no tiene casi o nada que ver con personas o familiares, pero la analogía me pareció adecuada.
Decidamos bien y lo que no podamos cambiar, mejor aceptémoslo con gusto. Me está tocando mucho pensar en eso.
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