Es tan sencillo poner a un niño feliz.
Saca unos vasitos desechables, ponles un jugo o agua de sabor (aunque sea de sobre!) y congélalo, se sentirá el héroe chef y se divertirán no sólo preparando las cosas, sin platicando cuando se las coma.
Cuando hacemos cosas así, que requieren tiempo (el de congelar) aprovecho para hablarle del tiempo, de la paciencia, de la espera, de las recompensas.
No todas las cosas se hacen rápidamente, es necesario esperar a que estén listas, mientras podemos ocuparnos en otras cosas y disfrutar, si nos desesperamos no sólo podemos echar a perder el momento sino la oportunidad de hacer algo más.
Este tipo de actividades me gusta porque lo comprende y GOZA la recompensa de saber esperar, GOZA el momento de comerla juntos, guardarle una a papá y platicar.
Por cierto duramos más porque las hicimos en 2 etapas, de 2 colores
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