“El despropósito es semejante a la falta de vida. Las hojas muertas en el patio, quizá sean lo que más movimiento tengan en en esa zona, más que el perro, más que los niños. El viento sopla en este sentido, ellas van en este sentido. El viento sopla en ese sentido, ellas van en ese sentido. Tropiezan, rebotan, saltan, se pegan a la cerca, pero no tienen propósito en cualquier sentido que vayan. Están llenas de movimiento y vacías de vida.
Dios no creó seres humanos a Su imagen para que carecieran de propósito, como hojas muertas que vuelan alrededor en el patio de la vida. Él nos creó para que fuéramos poderosos, para que tuviéramos un enfoque y un propósito para todos nuestros días. Y esto no es opresivo. No es esclavitud. No es agotador. Es energizante y liberador (Gálatas 5:13) lograr encontrar para qué fuimos hechos, y hacerlo con todo el poder de Dios (Colosenses 1:29).
Jesús dijo: "Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra” (Juan 4:34). ¡Comida! Proponerse hacer cada día lo que se supone que hagamos es como comer: nos da vida y energía, en lugar de quitarla. Si hace lo que se supone que haga morirá, eventualmente.
Quizá seas joven, o quizá mayor. Esa es decisión de Dios, no tuya. Pero cuando mueras, haciendo lo que debes hacer, morirás bien y pleno”. John Piper.
MÁS QUE MOVIMIENTO, NECESITAMOS PROPÓSITO, VIDA. SU VIDA.
El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. 1 Juan 5:12-14 (NTV)
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