Proverbios 30: 7-9
7Dos cosas te he pedido, no me las niegues antes que muera:
8Aleja de mí la mentira y las palabras engañosas, no me des pobreza ni riqueza; dame a comer mi porción de pan,
9no sea que me sacie y te niegue, y diga: ¿Quién es el SEÑOR?, o que sea menesteroso y robe, y profane el nombre de mi Dios.
Puede que hayas oído a predicadores y maestros dejar la impresión de que Dios quisiera que todo cristiano sea materialmente rico. Otros van al otro extremo, llevando orgullosamente la pobreza como un atuendo de santidad y piedad. El proverbio de hoy pone una perspectiva adecuada a todo este tema. La Palabra nos enseña a enfocarnos menos en nuestro nivel socioeconómico y más en ser agradecidas con lo que tenemos- no solo porque lo contrario sería pecaminoso y orgulloso de nuestra parte, sino porque no sabemos de qué nos está librando Dios cuando no nos da todo lo que quisiéramos tener.
Aunque tengamos mucho menos que los demás, si nuestros corazones están llenos de gratitud, ni el dinero ni la falta de éste, podrá estorbar nuestra gozosa dependencia de Dios.
Pídele al Señor que te muestre si hay raíz de descontento o “amor al dinero” en tu corazón, y que te provea lo que Él sabe que necesitas-suficiente como para guardar tu corazón de ser tentado con el pecado de robar para obtener lo que necesitas, pero no tanto como para que no descanses y confíes en El como tu Proveedor. Toma un tiempo para agradecerle hoy por Su provisión práctica y material en tu vida.
© Por: Nancy Leigh DeMoss. ReviveOurHearts-AvivaNuestrosCorazones.com. Adaptado por: Reyna Orozco Meraz.
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