Romanos 5: 1-11
“1Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,
2por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
3Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;
4y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza;
5y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.
6Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos.
7Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno.
8Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
9Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de Él.
10Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida.
11Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación.”
Si eres cristiano, lo mejor que te ha ocurrido es haber sido salvo de la inevitable destrucción por tus pecados y haber sido recibida en la familia de Dios, desde ahora y por toda la eternidad. Lamentablemente, el paso del tiempo nos vuelve apáticos hacia la obra magnífica y sacrificial de Cristo a favor nuestro. La vida se complica y estamos tan ocupadas que podemos pasarnos semanas -o más tiempo- sin ser conmovidas por la magnitud de nuestra salvación.
Una de mis amigas parafrasea Romanos 5:8 de este modo: “Dios demostró Su amor por nosotros en esto: aunque estábamos en una rebelión abierta y hostil hacia Él, no mostrando interés alguno en Él- no sólo eso, sino que activamente lo aborrecíamos a Él y a todo lo que Él representaba – Cristo murió por nosotros.” ¿Cómo no debemos estar indescriptiblemente agradecidas? Pero, alabado sea Dios, porque la GRATITUD puede reabrir ese sentido de asombro y descorrer las lúgubres cortinas de la complacencia hasta que toda la luz de Su gracia y gloria entren y resplandezcan.
La salvación que tenemos en Cristo es “algo esplendoroso en múltiples formas”, un diamante con innumerables facetas brillantes. ¿Qué bendición espiritual de la lectura de las Escrituras de hoy necesitas agregar a tu lista de “Dádivas de Dios”?
© Por: Nancy Leigh DeMoss. ReviveOurHearts-AvivaNuestrosCorazones.com. Adaptado por: Reyna Orozco Meraz.
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