Bon Appetit


Veo “la nube” como una gran mesa servida, donde hay muchas cosas preparadas, cada internauta está sentado alrededor de ella. Cada uno puede acercarse y tomar lo que apetezca, todo el contenido está ahí, disponible, visible, ya preparado, listo para consumir. También, cada quien puede llevar y ofrecer, cual gran fiesta “de''traje” o''cooperación, de lo que tiene o quiere compartir a los demás. Observa, fíjate muy bien antes de que decidas qué llevar a tu boca, a tu mente, a tu corazón, a tu sistema.


Cada vez veo más y más cosas valiosas en este gran buffet, unas muy llamativas (pero nada valiosas), otras discretas pero profundas, otras parecieran pequeñas pero son grandes en su propósito, contenido y nutrientes. Sí, lo sé, hay comida aceptable y demasiada comida chatarra. Hay tantos postres que te quitan el aliento y mucha basura que parece comida... pero que no debes probar pues es veneno, y muchas otras cosas causan adicción.

Está todo ahí, frente a nosotros, a distancia de un click. Hay momento adecuado para todo lo valioso, y cantidades adecuadas también. Hay cosas que no son para quedarte para ti mismo, sino para también compartir con quien las necesita. Hay un tiempo para comer hasta saciarse y un tiempo de abstenerse, un tiempo de ayuno, de desintoxicación. A veces tomas un poco, lo saboreas, digieres y muchas otras ¡mejor ni verlo, tocarlo o compartirlo!, mejor dejarlo pasar si no es para ti o no aporta ningún valor a los demás.

Estoy tan agradecida por tanta riqueza y bocadillos lo que he tomado de esta gran mesa, por lo tanto que ha aportado a mi vida. También estoy consiente de los atracones de tiempo perdido que se ha ido a un hoyo negro mientras he pasado incontables horas sin propósito aquí, sentada sin nutrirme. En internet todo este alimento o basura está a un click de distancia. Es una gran mesa, llena de opciones, de oportunidades. Ojalá que podamos tomar decisiones sabias sobre que ver, qué tomar, qué servirnos, que ignorar, de quienes aprender y a quienes dejar de seguir.

Espero también que podamos compartir mucho más lo que vale la pena y dejar de hacerle ruido y publicidad a lo que está podrido, a lo egoísta, vano y superficial, a lo dañino que debería dejarse de producir, viralizar y consumir. Deseo que el plato de cada uno esté lleno de puras cosas buenas, así como lo que cada uno comparta con los demás. Que podamos apuntar al verdadero alimento, al nutritivo, al eterno y a Su creador, menos de nosotros mismos y más de Él.

“Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”.


Buen provecho para todos.

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