Admiro mucho a las personas que adoptan hijos, no sólo porque creen que “necesitan” tenerlos para “completar” su familia, sino a aquellos que adoptan por amor y para ayudar, porque saben que esos niños necesitan una familia para siempre.
“No carne de mi carne, ni hueso de mis huesos, sin embargo continúas siendo MILAGROSAMENTE mío, Nunca olvides aunque fuera por un sólo minuto, que no creciste en un lugar debajo mi corazón, sino muy dentro de él”
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