14. Qué espectáculo tan fantástico orquestó El Señor. Me pregunto si es porque nos conoce y sabe que a veces no basta una simple instrucción. Al leer esto me reta y me gustaría de verdad creer porque leo, por su poder y no por sus señales y cosas visibles.
5 «¡Pero qué hemos hecho! ¿Cómo pudimos dejar que se fueran los israelitas y abandonaran su trabajo?»
Muchas veces sentirás que ya eres “libre” de algo y te sientes lejos, pero como todo torturador, sabe que intentará venir por ti y alcanzarte, intentará capturarte para que sigas en esclavitud y sirviéndose de ti… pero ese no es el final. Para unos será algún vicio, una adicción, quizá un mal hábito, mentir, codiciar…etc. Ante la persecusión debemos sentirnos felices, pues quiere decir que nos estamos alejando del mal.
Aparece el primer reclamo, la primera duda, el primer voltear atrás y pensar que fue mejor… pensar que era mejor morir en Egipto, esclavos, por un sepulcro?!?! A morir libres! Aún viendo una nube que los cubría y el fuego que calentaba e iluminaba (qué maravilloso sistema de “clima artificial” tuvieron).
Siempre visualizo que el mar se abrió inmediatamente y cruzaron, pero fue un viento y duró toda la noche. Así mismo muchas veces quiero atravesar una circunstancia y que quede atrás pronto, cruzar y que quede enterrada por el agua del mar, pero lleva su tiempo, al menos ese tiempo de noche obscura en que solo sopla es cuando se está abriendo el camino… mismo que debo cruzar. Debo confiar en que esa noche que parece tan eterna, en la cual no veo camino claro, ni sé dónde pondré mi pie, se tornará en una mañana gloriosa en donde el milagro tendrá lugar, todo quedará en el fondo del mar.
15. Es muy sencillo cantar cuando todo va “viento en popa” el éxtasis del momento, la adrenalina, los éxitos abruman y cantamos. La vida continúa, nos enfrentamos a problemas, dificultades, sol, cansancio…sed. Y es ahí cuando nos olvidamos de la canción, la boca se nos seca y deseamos agua. Nos preguntamos si habrá agua. Extrañamente el canto se transforma en queja, la queja crece en preguntas, buscamos por nuestros medios y recursos la solución. Él puede ser nuestra agua, puede aún transformar lo amargo en dulce.
«Yo soy el Señor su Dios. Si e scuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el Señor, que les devuelve la salud.»
Si tan solo pudiera escuchar más, cumplir, no tendría más sed, sino sería una fuente de agua también.
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