Una mujer está sufriendo problemas serios con sus hijos y la culpa no la deja, otra tiene la autoestima baja, nadie se lo imaginaría pero siempre que se ve al espejo llora, otra piensa diariamente en divorcio pero sus hijos pequeños la detienen y el miedo, su relación matrimonial está seriamente deteriorada pero guarda las apariencias, sonríe, publica mensajes amorosos en las redes a su esposo, pero en el auto, a puerta cerrada y a solas no se ven ni se dirigen la palabra.
- Las anteriores son historias reales. Son historias de algunas amigas, otras conocidas, otras lectoras y en realidad me duele que les duela.
- Las anteriores han tenido el valor de contarme su dolor.
- Las anteriores son sólo algunos ejemplos, por mencionar algunos y sin más detalles su privacidad está protegida.
Todas luchamos diariamente con algo. Todos y Todas.
Entonces ¿por qué fingir?, ¿por qué pretender que “no pasa nada”?.¿Por qué? les pregunto gastan tanta energía y fuerzas en que todo parezca “perfecto” aún cuando es tan pero tan irreal?
Desde que comencé a compartir mi “diario” de una manera virtual en este blog he recibido comentarios de gente conocida y desconocida que me dice: ¿cómo es que tienes una vida tan “perfecta”?, ¿cómo haces para que todo te salga bien?.
Honestamente NO TENGO LA MENOR IDEA de dónde sacan eso. Si suponen, o sacan conclusiones o se dejan llevar por sólo estas notas pueden quedarse con una imagen equivocada de mi o de cualquier otra persona. Todos (al menos yo si) atesoramos los buenos momentos, sí los instantes que nos sacaron risas, carcajadas lágrimas felices o aquellos momentos de reflexión y aprendizaje donde aprendimos una gran lección, escribo porque me encanta, porque me gusta, sin alguien en mente (a menos que sea respuestas a mis lectores o un tutorial que me pidieron). Sí, a algunos les parece extraño pero a mi me gusta recopilar mis frases, historias, anécdotas, fotos, videos, recetas, tips, cosas buenas que me ayudarán a organizarme o a recordar con los años lo bueno de esta etapa. Pero todo esto dista mucho, muuuuucho a que todo vaya “perfecto”. Muchos buscamos el equilibrio, tenemos planes, a veces tenemos luchas, pruebas, no nos sentimos adecuados, nos toca sembrar, tenemos momentos de dolor, nos toca escalar muchas montañas, vivir noches largas, sí, a veces duele y duele mucho.
Entonces volviendo a lo anterior me pregunto ¿CÓMO, CUÁNDO O DÓNDE dije o escribí que mi vida era perfecta?
Sí, leíste bien: No creo que haya vidas perfectas, ni personas perfectas, pero sí personas que creen, viven, mejoran, agradecen y disfrutan perfectamente de la vida que único Dios perfecto les permitió vivir.
Escribir puede ser liberador pero también riesgoso. Como escribí anteriormente: “Soy responsable de lo que diga (y escriba), no de lo que la gente interprete” (Por cierto esta frase me la pirateó una persona con miles de seguidores en twitter y me envió un mensaje directo agradeciendome descaradamente por ella ya que le dio muchos Re-tweets qué descaro no? ese es otro tema jaja)
He experimentado la gracia de Dios, cada día en todo lo que hago y vivo veo su favor, su mano, su ayuda. No se trata de mi, se trata de lo que Él hace en, a través y por mi que puedo compartir cualquier cosa.
Sí, soy la hija mayor y estamos “tatuados” con ciertas características con la que el mundo, o al menos psicólogos nos definen, se dice que somos perfeccionistas, determinados y luchones, otras cosas positivas y otras no tanto. El caso es que tener una “historia que parezca perfecta” no debería ser la meta para ningún ser humano. Tratar de parecer algo que no somos, impresionar o siempre sonar inteligentes, valientes, esforzados, amorosos, pacientes con ganas o energía es un tanto extraño o irreal. Es como las personas que dicen que nunca han mentido, he ahí su 1a mentira.
Me gusta escribir aquí lo bueno que tengo de vida, desahogar mis luchas, mis fallas, los retos que enfrento, aceptar mis imperfecciones y humanidad y sobre todo, sobre todo compartir lo sorprendente que es el amor de Dios que me ama sabiendo quien soy totalmente, gracias a él se puede disfrutar de paz en medio de tormentas, se puede descansar en medio de la fatiga y el trabajo diario, tener claridad en la mente con sus pensamientos en el caos de los míos, se puede ser real en un mundo de ficción, se puede disfrutar de la imperfección de las circunstancias, se puede agradecer aunque no se tenga todo.
La Biblia dice que al contrito y humillado Él no desprecia. No está mal admitir las fallas, no está mal admitir los errores y nuestra humanidad. No somos Dios.
Soy suya, fui comprada a precio de sangre, puedo ser libre, no soy perfecta pero he sido redimida por el único perfecto.
El único perfecto que vivió una vida perfecta hace más de dos mil años, lo hizo porque yo no podía, tú tampoco, nadie en realidad. Ese hombre cambió toda la historia y puede cambiar también actualmente toda historia del que quiera ser cambiado, es el mismo ayer, hoy y por siempre.
Sí, Él es mi verdad, mi realidad, por él soy quien soy y es quien me ayuda a ser real.
Él puede ayudarte también a disfrutar tu realidad y no gastar energías en fingir en tu casa, en tu trabajo, con tus conocidos o en las redes sociales. Puedes ser real, puedes ser tu, él te diseñó no tienes por qué desear lo ajeno. En
Hoy quizá lloras, sufres, te cargas, reniegas, te maquillas, te carcajeas, sonríes y finges pero no necesitas ser actor toda tu vida.
En Él puedes echar tus cargas y no pretender ya más, puedes descansar sin tener que aparentar o luchar por ser una persona perfecta, o tener una vida perfecta pues sabrás con certeza que Él, sí, sólo Él es el único perfecto y eso, eso sí es real. Una hermosa, perfecta y maravillosa realidad de la cual podemos disfrutar.