A veces las cosas se salen de nuestro control. Eso es normal, es parte de la vida.
No podemos tener todo planeado y organizado. Si me sincero debo decir que a mi me gustan los planes, las rutas, las agendas, los calendarios, los horarios y todo dispositivo que me permita organizarme y si no saber, al menos “sentir” o creer en la fantasía de que sé lo que va a pasar.
Pero en realidad no lo sé.
Prácticamente todo lo que que VA A PASAR no lo sé y es parte de las sorpresas de la vida.
La mayoría de lo que PASA sí depende de mi, el aquí y el ahora, mi próxima decisión es algo que a menor escala se siente “más controlable”, el futuro siempre será un cúmulo de nuestras pequeñas decisiones.
Por ejemplo, mi “plan” de hoy era pasar un maravilloso tiempo con mi esposo ya que el bondadoso corazón de mi madre se dispuso y nos ofreció pasar la tarde con los niños (esto generalmente no puede ocurrir, ya que ella es una mujer muy trabajadora y ocupada y no me gusta pasarle aún la responsabilidad y cuidado de mis hijos... ella ya se encargó de los suyos, los nuestros nos corresponden. Así que es algo no común, ni normal).
Mi sano esposo R pasó una noche muy desagradable, con vómito y diarrea. Él no se queja jamás y es sano, entonces sentí muy feo verlo tan pálido y su rostro se sentía muy caliente, justo ahora está en el doctor y yo cuidando a los 3 niños (“¿cómo 3 niños?! que no tienes dos? te preguntarás!… sí, es sólo que esta noche tuvimos a mi pequeña sobrina F. como huésped en casa. Fue una larga pijamada y yo estoy totalmente desvelada, todos de hecho jiji)
Los planes cambian, los pronósticos también…
Lo importante es…¿qué actitud voy a tener al respecto?
Sí, quería mucho esa “cita” de los 2 solos, pero ahora ¡puedo fungir de su enfermera!.
En salud y enfermedad fue mi promesa, hoy tengo una oportunidad de cumplirla.
Esperemos que pronto se de esa cita para dos. Por hoy si todo sale bien, se podrá dar un romance entre paciente y enfermera.
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