Existe una delgada línea que divide un lado del otro.
Es como una pared invisible que marca el límite.
Lo que distingue una persona de otra, lo que te distingue a ti cuerdo de necio.
Una línea es muy pequeña y cuando la cruzas muchas veces ni siquiera te das cuenta y ya que estás del otro lado es demasiado tarde. Quizá te acercaste demasiado, pensando que no cruzarías el umbral.
Es como una línea por la cual debes vivir y hay muchas distracciones a los lados, cosas agradables y también peligros.
Hay una línea minúscula entre:
- Disciplina y aspereza
- Determinación y necedad
- Religiosidad y santidad
- Relajarse y flojear
- Firmeza y dureza
- Curiosidad y morbo
- Persistencia y terquedad
- Libertad o libertinaje
- Interés e indiferencia
- Enfatizar y exagerar
- Amar y acaparar
- Proteger y no dejar ni respirar
- Celar y temer
- Limpieza y obsesión
Pudiera seguir citando más ejemplos pero prefiero pensar hoy de qué lado estoy y a qué lados no quiero cruzar.
Si algo le pido a Dios es su equilibrio, su opinión, sus decisiones y su voluntad. Nada de lo que yo pueda considerar conveniente se comparará con su voluntad siempre buena, agradable y perfecta. Nada de lo que me puedan recomendar se comparará a su consejo, a su palabra.
El día de hoy te invito a escucharle y que también sea Él quien de equilibrio a tu vida.
Foto: Pullara Eugenio
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