Ajustes matrimoniales con la llegada de los hijos

Casi puedo leer ya los comentarios de “¿por qué escribes de eso?! esas son cosas muy personales, muy íntimas!”. Y sé que lo son, pero por qué me detendría de contar cosas que pueden ayudar y animar a otras personas en el proceso de vida que están atravesando?.

Tuve mi 1^er hijo JR por cesárea, lo cual implicaba una recuperación un poco más larga que si lo hubiera podido tener por parto natural. Una de las cosas que hicimos para que yo no tuviera qué estarme levantando a atenderlo durante la noche mientras me recuperaba y me podía levantar rápido de la cama fue colocar un pequeño moisés sobre la cama, él era ¡TAN pequeño! y por ese momento, fue MUY útil que lo tuviéramos ahí:  en medio de nosotros.

Recuerdo una tenebrosa noche como si fuera ayer (y ya han pasado 6 años).

Podrás imaginarte que con un pequeño moisés en medio de la cama es difícil tener contacto con tu esposo. Antes de que naciera y justo antes de dormir mi esposo y yo estábamos acostumbrados a orar juntos y nos tomábamos de las manos, nos abrazábamos hasta quedarnos dormidos y luego cada quien se acomodaba en su lado.

Pero esa noche fue diferente. MUY diferente.

Imagina esta escena: Yo con vendas por todo mi ser y sin encontrar una posición cómoda con la cual poder conciliar el poco sueño que un recién nacido otorga. Mi esposo estiraba su mano por encima del moisés y yo intentaba alcanzarlo y era simplemente difícil e incómodo y lejano, esa pequeña cuna-canastita-moisés simplemente era una BARRERA… finalmente pasamos la mano por debajo del moisés… desde entonces no nos pareció para nada buena la idea de tener al bebé en medio y simplemente decidimos que en cuanto pasara el dolor fuerte de mi herida lo pasaríamos a su cunita o corral de inmediato. Finalmente logramos orar juntos y en pocos minutos mi bebé y mi esposo estaban plácidamente dormidos. Pero yo no.

Yo simplemente no podía dejar de llorar.

¿Cómo olvidar esa sensación de dudas, preguntas, incertidumbre y CAMBIOS?

Cuando estás desvelada, cansada, agotada y con las hormonas TOTALMENTE LOCAS las noches son muy largas y lo que piensas puede que no resulte totalmente sensato, lógico o bonito. Necesitas dormir, descansar y cuidar MUCHO tus pensamientos.

Esa noche resonaban en mi mente y casi podía escuchar audiblemente tantos comentarios inadecuados, pesimistas, inoportunos, bastante desalentadores y cualquiera podría analizar que son FALSOS! y simplemente apreciaciones de cada quien “como le fue en la feria”, esas punitivas líneas que algunas personas me habían hecho antes…durante mi embarazo…martillaban mi mente de mamá primeriza y asustada…sólo algunos ejemplos:

• “nombre!, los hijos cambian todo…ya no tendrás tiempo para tu esposo”
• “ los hijos te cambian el cuerpo, la mente y todo lo demás”
• “cuando apestas a bebé tu esposo ya ni se te acerca”
• “los esposos se sienten relegados siempre con un hijo, es que no entienden que ahora el bebé es lo más importante”
• “los hijos son muy lindos pero finalmente separan los matrimonios”
• “lo malo es que uno se tiene que enfocar mucho en los hijos y te olvidas del matrimonio, luego todo se muere”
• “llegan los hijos, se muere el matrimonio, el amor y la pasión”
• “puede que llegue un momento en el que voltees hacia atrás y te des cuenta que los dos se enfrascaron tanto en sus hijos y ya cuando se vayan de casa no quedará nada más porque nunca cuidaron su relación”.
• “el esposo es el precio que tuviste que pagar para poder ser mamá, ya luego es un estorbo”
• “los esposos resultan tan inútiles luego de que eres mamá! te das cuenta de todo su letargo, flojera, falta de cooperación y fallas, se convierten en un hijo más qué cuidar”.

¿Qué si de verdad un hijo nos iba a separar? Su canastita era ya lo bastante visible y tangible como para no notarla, ¿acaso ya nos estaba separando? ¿como una barrera en medio de la cama? ¿Qué pasaría con nuestro tiempo? ¿con nuestra intimidad? Tenía miedo, preguntas, dudas, desvelo, cansancio y dolor.

Ahora que YA NO estoy en esa situación puedo verlo todo más claro y puedo darme cuenta LO MAL que hice al darle vuelta a esas inoportunas líneas y malos comentarios que sólo sembraron dudas en mi mente y corazón.

No recuerdo si fue el día siguiente o cuántos días pasaron para que no pudiera más y externara y me desahogara con mi esposo sobre todos esos sentimientos y pensamientos recurrentes que me llenaban de dolor, temores y preguntas sobre: ¿qué pasaría con nosotros? ¿Y qué si tenían razón y eso era verdad?

El hablar con R sobre todo esto, sincerarme y exponerle de verdad cómo me sentía ME AYUDÓ TANTO! creo que a los dos en realidad. Lloré mucho. Mucho.

Aún recuerdo entre todas sus palabras estas: “Nuestro hijo no nos va a separar, nos va a unir más”. Está por demás decir lo mucho que lloré (pero de feliz), que oramos juntos, que hablamos, que fue un momento muy especial una de las muchas piedras memoriales de nuestra nueva etapa como padres que luego han estado viniendo.

Y es lo que quiero recordarte a ti, AHORA que estás entre todos esos cambios y ajustes y desvelos (espero que no tantas altas y bajas hormonales y mucho menos depresión, pero aún si fuera así LO SUPERARÁS, PASARÁ, TODO PASA, CAMBIA Y MEJORA CON EL TIEMPO). Encontrarás tu camino. Mucho depende de ti para que esto pase, no siempre estarás en recuperación, el dolor pasará, los desvelos también. Este tiempo de arranque, de calentar motores como padres, de inicio y de planeación es algo que puede UNIRLOS mucho más, sí, quizá a algunos los separa pero podemos aprender de los errores en cabeza ajena, leer, preguntar, pedir dirección divina y disfrutar CADA ETAPA porque no será eterna (aunque en ocasiones sientas que sí, es sólo un sentimiento. ¿Y qué puedo hacer? me preguntarás…

• Puedes involucrar a tu esposo en la vida de tu bebé
• Tomarlo en cuenta
• Incluirlo en las cosas que a ti te resultan naturales por llevarle 9 meses de ventaja
• No ridiculizarlo
• Confiar en él
• Creer que puede hacer las cosas y tener cuidado del bebé al igual que tu
• Ser sincera en lo que estás sintiendo, pensando y experimentando en esta totalmente nueva faceta de tu vida
• Adaptarse a los cambios
• No esperen a poder salir todo el fin de semana de fiesta y al cine y a restaurantes formales como antes… IMPROVISA citas semanales en tu casa, IMPROVISA cosas divertidas como simplemente platicar o comer algo sencillo al lado de la cuna, leer juntos, soñar, hacer planes, escribir una enorme lista de todo lo que harán cuando su bebé crezca.
• Hablen, hablen, hablen, Contacto, contacto, contacto. Cada que el bebé y las fuerzas lo permitan.

Esto también pasará.

Tómate un día a la vez. (Mateo 6:34)

Confío en Dios que un día no sólo recordarás estos días con tanta alegría y satisfacción sino que también en un futuro no muy lejano en tu corazón estará el ayudar a otras mamás jóvenes en esos temas, dudas, preguntas, incomodidades, cambios de los cuales a nadie le gusta hablar o a la mayoría le da pena sincerarse y serás de ánimo, apoyo, enseñanza y entrenamiento para las demás.

^{TITO 2: 3} Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; ⁴ que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos,

P.D. ¿Que si me preocupa que en un futuro JR lea esto? ¿lastimarlo? ¿que se sienta culpable? No. De hecho yo misma se lo pienso contar, los cambios no están peleados con el AMOR, su presencia nos ha hecho más fuertes, menos egoístas, más capaces, menos centrados en nosotros mismos. Gracias a él Dios comenzó a mostrarnos su paternal corazón. Además un día crecerá y comprenderá lo que pasamos, cuando sea padre y sólo puedo orar y creer que será un esposo y padre de la talla y calibre del suyo.

LOS HIJOS NOS UNEN Y LAS HISTORIAS DE AMOR, SE PONEN CADA VEZ MEJOR…

Foto de un día antes de la llegada de RG a nuestra familia, por Victoria Maese, extraordinaria y paciente fotógrafa.